Presupuestos para Poner Contadores de Agua

Los contadores comunitarios registran el consumo de todo el edificio y luego el coste se repercute a partes iguales entre los propietarios, sin tener en cuenta lo que cada uno de ellos gasta. Con el contador individual cada propietario paga por lo que consume, de modo que es un sistema más equitativo. 

Además de la ventaja económica un contador implica para quienes consumen menos agua dentro de una comunidad, hay un beneficio añadido: se fomenta el ahorro y un uso más responsable de este bien tan escaso. También es más fácil detectar fugas en la instalación y se aporta valor añadido al inmueble.

Una vez que el contador individual está instalado, puede ser la propia comunidad de vecinos la que cobre a cada vecino los litros que efectivamente ha consumido, o puede ser la propia suministradora la que haga la división en base a las lecturas obtenidas de los contadores individuales.

El coste de cambiar un contador de agua lo asume siempre el propietario del equipo. Este puede ser el dueño del inmueble (particular o comunidad) o la compañía suministradora de agua si el contador es alquilado. Este último caso es lo más habitual, de modo que el titular del suministro solo se hace cargo del consumo, tanto el cambio de contador como su mantenimiento correrían a cargo de la empresa.

Un caso diferente es cuando se trata de poner uno o varios contadores de agua individuales en una instalación comunitaria, el coste lo afrontan los propietarios que desean computar su consumo de agua de forma independiente. No hay un cambio real de contador.

La Ley de Propiedad Horizontal señala que los propietarios deben contribuir a pagar los gastos comunes que no sean individualizables. Como el agua es individualizable, cualquier propietario puede optar por instalar un contador de agua individual. No se trata solo de un derecho, sino que en muchos casos ya se está convirtiendo en una obligación. Ayuntamientos como el de Madrid quieren reducir el número de comunidades con contadores comunitarios y están obligando a los edificios a que instalen contadores que permitan a cada propietario tener mejor conciencia de su consumo y reducir el gasto innecesario en agua.

En muchas poblaciones el suministro de agua es un problema en determinadas épocas del año y la mejor solución pasa por concienciar de un consumo más eficiente del agua.

La norma básica es el Real Decreto 314/2006 de 17 de marzo, por el que se aprueba el Código Técnico de Edificación. Además de ello, hay que tener en cuenta la Orden Ministerial ICT/155/2020, que obliga a cambiar los contadores cada 12 años.

También hay que tener en cuenta las ordenanzas y normativas locales, que no siempre obligan a instalar contadores individuales en edificios de nueva construcción. Y, también las compañías suministradoras pueden tener su propia normativa, por ejemplo, a la hora de instalar baterías de contadores.

Independientemente de que se encuentren en buen estado o no, la Orden Ministerial ICT/155/2020 establece que todos los contadores de agua fría y caliente de uso residencial o comercial de más de 12 años deben sustituirse. La norma solo contempla un periodo de adaptación de cinco años.

Además de ello, la Orden Ministerial establece que los contadores de agua que se estropeen deberán sustituirse por otros, no siendo posible la reparación. El objetivo es instalar equipos más eficientes que permitan una mejor gestión del agua.