Cambiar lamas persianas: Precio y Presupuestos

Lamas para persianas

¿Qué tipos de lamas poner?

Aunque se fabrican en muchos otros materiales, las lamas de persianas más comunes están hechas de dos materiales bien diferentes:

• PVC: este material plástico es muy utilizado en la fabricación de ventanas por diversos aspectos. En primer lugar, su precio, muy asequible. En segundo lugar, se trata de un material flexible, que resiste bien impactos y se maneja con cierta facilidad, por lo que cambiar las lamas de persianas de PVC es relativamente sencillo. Además, se comercializan en diferentes acabados, tanto en colores como en el grosor de las lamas. Sirven para regular muy bien la entrada de la luz, aunque no tanto como aislantes térmicos
• Aluminio: poco a poco se han ido haciendo un hueco importante. Sus ventajas son muchas: son muy ligeras y resistentes, se pueden fabricar también en distintos acabados y colores y tienen una vida útil muy larga. Pero, además, cuentan con una gran ventaja, con lamas rellenas de espuma de poliuretano expandido rígido y aislante son un excelente medio para proteger los inmuebles de las temperaturas exteriores. Además, se pueden automatizar con gran facilidad para ganar en comodidad. A cambio, son más caras que las de PVC de características estándar.

¿Cuándo cambiar las lamas de las persianas?

• Alguna lama está rota

  El uso continuado, y a veces descuidado, hace que las lamas puedan llegar a romperse. Si esto ocurre, las persianas quedan descolgadas y es muy complicado (a veces imposible) subirlas o bajarlas. La persiana puede quedar completamente inutilizada, por lo tanto, será imprescindible sustituir las lamas estropeadas lo antes posible.

  Importante: la sustitución siempre tendrá que realizarse por lamas del mismo material que las del resto de la persiana.

• Para mejorar el aislamiento de la persiana

  Las persianas tienen una doble función: aislamiento térmico y visual. Si la persiana no cierra completamente porque faltan lamas, fallarán ambos aspectos y será necesario añadir alguna más. Pero, dependiendo del material y de sus características, a veces las persianas en lo que fallan es en el aspecto térmico. Sustituir las lamas viejas por otras con tratamientos adecuados, como rotura de puente térmico, proporcionará mayor confort y significará un menor gasto energético en la climatización del inmueble.

• Deterioros por antigüedad

  Las persianas tienen una vida útil muy larga, pero sus elementos se acaban desgastando con el tiempo y el uso, especialmente las cuerdas y las lamas, las más expuestas a las temperaturas y otras condiciones climatológicas que también pueden afectarlas. Si las lamas presentan síntomas de deterioro, lo mejor es cambiarlas antes de que se rompan, habrá que hacerlo tarde o temprano, pero con las lamas aún en uso es más sencillo. 

  En cualquier caso, antes hay que valorar si merece la pena cambiar solo las lamas deterioradas o si es más ventajoso cambiar toda la persiana si hay otros mecanismos también en mal estado.

Pasos que se siguen en el cambio de las lamas de una persiana

1. Para cambiar las lamas de una persiana enrollable lo primero es quitar los topes de la persiana y abrir el cajón para tener todos los elementos a mano y poder trabajar sin obstáculos. Tras ello hay que subir la persiana hasta la lama rota y tirar de ella para sacarla todo lo que se pueda del cajón.

2. Con la persiana ya extendida fuera del cajón hay que proceder a quitar la lama rota o deteriorada, deslizándola con cuidado hacia un lado para no dañar las que tiene justo por encima y por debajo.

3. La lama extraída se toma como referencia para cortar una exactamente igual. Es importante para que luego se deslice sin problemas por el carril.

4. Una vez cortada con la medida exacta, se coloca la nueva lama, deslizándola también con precaución pero con firmeza. Además, conviene fijarse muy bien para que en el proceso no se descoloquen las otras lamas que han quedado fuera del cajón.

5. Cuando la nueva lama ya está en la posición correcta, se alinean todas las demás y se va enrollando poco a poco la persiana, asegurándose de que las lamas no rozan en el cajón ni están inclinadas. Cuando esté bien enrollada, se coloca de nuevo en el carril, se ponen los topes y se cierra el cajón.