Cómo mantener tu casa limpia... cuando no te apetece nada

Si divides el trabajo que tienes por delante, todo será mucho más llevadero. Por ejemplo, puedes dividir tu zona de estar en dos áreas o, para ser más efectivo, limita una función que quieras hacer sin entretenerte en más cosas. Por ejemplo, pasar la mopa rápidamente en una zona de la casa.

Es fundamental ser práctico. Limpia siempre de arriba hacia abajo y de dentro hacia fuera. Igual os parece muy básico, pero la verdad es que no siempre lo hacemos. Si nos acostumbramos a hacerlo siempre igual, no nos dejaremos ni un rinconcito de una misma pasada.

Colocar algo nada más levantarse, no significa que nos volvamos maniáticos con los objetos que usamos, sino que cuando vayamos a dejar de hacer algo en un sitio durante un largo plazo de tiempo, lo ideal sería dejarlo en las mejores condiciones posibles. Con todo ello nos referimos a mantas estiradas, cojines acolchados y manteles sin restos de la cena de ayer, básicamente.

Compartir tareas es otra de las claves para mantener limpia la casa cuando no te apetece. Si viene algún amigo a cenar, podéis aprovechar para recoger juntos los platos sucios y así hacerlo mucho más rápido. Este punto se trata de hacer trabajo en equipo, en general, en la vida y en la casa. Y cuanto más hagamos, mejor que mejor.

Clásico y fundamental. Son dos puntos muy fáciles de recordar: cocina y friega, cocina y friega y así multiplicado por infinito. Si encuentras a un pinche de cocina, podrás aprovechar mejor el tiempo y dedicarle mucho menos. Es una sabia decisión, en serio.