Precio medio
El coste medio de adaptar una cocina para personas con discapacidad se sitúa entre 500 € y 600 €/m² si se trata de una adaptación integral. En el presupuesto influirán aspectos como las dimensiones de la cocina o si es necesario cambiar revestimientos, además de adaptar el mobiliario.
Rango de precios indicado por los profesionales de adaptar cocina para personas con discapacidad: 400 €/m² - 600 €/m²
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Estos precios son una estimación y pueden variar en función de factores como la calidad de los materiales, la duración de la obra, las dimensiones...
- Preguntas y respuestas para cocinas adaptadas para discapacitados
- Cómo debe ser una cocina adaptada para personas con movilidad reducida
- Información útil
Precios de adaptar cocina para personas con discapacidad
Tipo de trabajo | Precio | Características |
---|---|---|
Adaptación integral de cocina para personas con discapacidad | 8.500 € | Cocina de 15 m² |
Cambiar pavimento por suelo antideslizante | 500 € | Cocina de 15 m² |
Cambiar puerta batiente por corredera | 400 € | Puerta corredera de 2 x 1 m |
Cambiar muebles e instalar mobiliario a medida | 5.000 € | Muebles de cocina y fregadero |
¿Cómo obtenemos los precios?
Los precios que aparecen en esta Guía de Precios proceden de información real que recibimos de nuestros usuarios particulares y profesionales, contrastada y revisada por expertos del sector.Cómo debe ser una cocina adaptada para personas con movilidad reducida
Pavimentos antideslizantes
Una cocina adaptada debe tener siempre pavimentos seguros para personas con movilidad reducida. Es una estancia húmeda y el riesgo de caída se incrementa por ello. Tanto si son suelos cerámicos como de otro material (piedra, microcemento, etc.) es fundamental que la superficie sea antideslizante, preferiblemente de clase 3, que asegura un menor índice de resbaladicidad.
El coste medio de instalar un pavimento antideslizante dependerá del material. Poner un suelo de baldosas cuesta alrededor de 25 €/m².
Puertas
Una cocina adaptada para minusválidos debe contar con una puerta con el ancho suficiente para que pueda pasar una silla de ruedas, al menos 80 cm. Además de ello, conviene que sea de apertura corredera, que el picaporte sea ergonómico y no esté a más de 100 cm del suelo y que en la parte inferior tenga un zócalo metálico para evitar el deterioro por choques con sillas de rueda o muletas. También es aconsejable que lleven sistemas de apertura y cierre automáticos. Su precio se sitúa a partir de 300 €.
Áreas de trabajo
A la hora de montar una cocina adaptada conviene establecer tres áreas diferenciadas: zona de trabajo o encimera, fregadero y zona de frigorífico. La distribución ideal es en forma de U, puesto que así se reducen las distancias entre una y otra.
Por otra parte, conviene que la distancia mínima entre los elementos sea de 3,5 metros y que entre ellos no haya ningún tipo de obstáculo que pueda impedir la movilidad. Y debe haber espacio bajo encimera para poder trabajar en silla de ruedas.
Almacenaje
El almacenaje se diseña buscando funcionalidad y accesibilidad. La necesidad de limitar el número de elementos en la zona inferior obliga a una adecuada distribución. Así, utensilios básicos y productos de limpieza deben estar a mano, los primeros en la zona de cocción y los segundos junto al fregadero. Y siempre deben contar con elementos móviles que permitan su apertura y cierre con facilidad.
Para facilitar el acceso a muebles superiores se pueden instalar accesorios como baldas deslizantes. Y todo el mobiliario debe llevar tiradores ergonómicos.
Grifería y electrodomésticos
En una adaptación integral cocinas son aspectos fundamentales. El grifo, preferiblemente, debe ser termostático y contar con sensor de funcionamiento para facilitar su manejo y evitar el riesgo de quemaduras. En su defecto, debe ser monomando y tener una palanca suficientemente larga.
En lo que respecta a los electrodomésticos, la placa de cocción debe tener libre el espacio inferior para poder trabajar en silla de ruedas, pero con aislamiento para evitar quemaduras. El horno, por su parte, debe estar a una altura del suelo que permita ver el interior, entre 120 cm y 160 cm.
El coste medio de adaptar una cocina para personas con discapacidad se sitúa entre 500 € y 600 €/m² si se trata de una adaptación integral. En el presupuesto influirán aspectos como las dimensiones de la cocina o si es necesario cambiar revestimientos, además de adaptar el mobiliario.
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- Dificultad: Fácil
Preguntas y respuestas para cocinas adaptadas para discapacitados
¿Qué medidas y distancias se deben respetar en una cocina adaptada?
En lo que respecta a distancias, deben ser suficientes para poder moverse con libertad en silla de ruedas y tener suficiente ángulo de giro, al menos 150 cm. Esas distancias dependerán de las dimensiones de la cocina. Por supuesto, no debe haber ningún tipo de obstáculo en el recorrido.
En lo que se refiere a las medidas, las encimeras deben tener una altura libre de 70 cm para adaptar la cocina a sillas de ruedas y que los usuarios puedan trabajar con comodidad. Mientras, que la puerta debe tener al menos 80 cm de ancho, aunque es preferible que el hueco alcance los 100 cm.
¿Cuál es la distribución ideal para una cocina adaptada?
La mejor distribución es la que tiene forma de U, puesto que permite crear un triángulo de trabajo que facilite el movimiento y el trabajo en la cocina con el menor recorrido posible. En caso de que no sea posible, la alternativa es una cocina en L. A nivel funcional, para personas con problemas de movilidad la distribución menos aconsejable es la de los muebles en línea.
¿Existen ayudas para adaptar la cocina a personas con discapacidad?
Sí. Dentro de los Planes de Vivienda que con carácter trianual publica el Ministerio de Fomento existen ayudas para la adaptación de las viviendas a personas que sufren problemas de movilidad. La cuantía de estas ayudas depende de las actuaciones necesarias, entre estas se incluyen la modificación de la altura de mostrador de cocina, la instalación de módulos adaptados extraíbles con zócalo accesible, la instalación de módulos regulables en altura o la supresión de módulos inferiores para la interacción autónoma en sillas de ruedas, entre otras medidas.
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