¿Cuánto cuesta cambiar la fontanería?

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Precios de cambiar fontaneria

Tipo de trabajo	Precio	M²
Cambiar fontanería aseo pequeño	750 €	4 m²
Cambiar fontanería del baño	1.200 €	6 m²
Cambiar fontanería de la cocina	2.000 €	10 m²
Cambiar instalación completa fontanería	3.000 €	70 m²
Cambiar instalación completa fontanería	3.500 €	100 m²

¿Cómo obtenemos los precios?

Los precios que aparecen en esta Guía de Precios proceden de información real que recibimos de nuestros usuarios particulares y profesionales, contrastada y revisada por expertos del sector.

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Información útil

Cambiar la fontanería tendrá un coste según el tipo de trabajo. Renovar la instalación de un baño o una cocina puede costar alrededor de 800 € - 1.000 €. Si se trata de una instalación completa de fontanería, el coste puede rozar, de media, los 2.000 € - 2.500 € aproximadamente.

1 semana
Dificultad: Alta

¿Cuánto cuesta cambiar la fontanería de casa?

Factores que influyen en el precio

Cuando se cambia la fontanería de un baño, una cocina, o la vivienda entera, existen factores que hacen variar el precio. Algunos de los más importantes que se tienen que tener en cuenta son los siguientes:

Dimensiones del inmueble: Como es lógico, cuantos más metros cuadrados ocupe el inmueble mayor tamaño tendrá también la instalación de fontanería y, en consecuencia, mayor será también el coste de su renovación o sustitución.
Número de puntos de agua: Otro punto importante que afectará al precio será el número de puntos de agua que se instalen. No es lo mismo disponer de varios baños en lugar de uno solo, o que un baño cuente solo con lavabo, inodoro y ducha a que disponga de dos lavabos y, además, también bidé, etc.
Obras de albañilería: Las obras de albañilería adicionales a la sustitución de la instalación de fontanería es un factor importante en el precio. Hay que considerar que el alicatado del baño o la cocina es una de las obras que, en proporción, resultan más caras de hacer. Además, también hay que considerar que será necesario abrir rozas en las paredes y suelos para la colocación de las propias tuberías.
Calidad de los materiales: Finalmente, otro factor que hay que tener en cuenta y que afecta de forma significativa al coste de cambiar la fontanería son las calidades de los materiales. Esto se notará no solo en el tipo de tuberías y grifería utilizada, sino también en los azulejos del alicatado, en los sanitarios escogidos, y en todos los demás materiales incluidos en la reforma.

Desglose de precios

Los precios de renovar la fontanería dependerán del coste individual de cada uno de los elementos que habrá que tener en cuenta para ejecutar la reforma:

Sanitarios del baño: el coste medio del que se estará hablando podrá variar entre los 100 € y los 2.000 € en su conjunto. Un lavabo de pie tiene un coste medio entre 50 € y 300 €, y un inodoro entre unos 80 € y 400 €.
Caldera: el coste medio de una caldera de gas se sitúa entre los 1.000 € y los 2.000 €, y su elección deberá estar en consonancia con el uso del agua caliente que se vaya a dar. Es, sin duda, uno de los elementos que más pueden encarecer el coste del trabajo, pero no siempre formará parte del presupuesto, a menos que sea esencial cambiarla.
Grifos y tuberías: el coste medio de un grifo de cocina puede variar entre los 30 € y los 150 €. Estos precios son también similares en el caso de grifos de ducha y lavabo.
Tuberías: el precio dependerá en gran medida del tipo de materiales que se utilicen, pudiendo variar desde los 3 €/m en el caso de tuberías de PVC, hasta los 20 €/m en el caso de tuberías de acero inoxidable.

Consejos para el cambio de fontanería

Cambiar baño y cocina

A la hora de renovar un baño o una cocina, será también el momento de cambiar la instalación de fontanería correspondiente. Hay que tener en cuenta que la instalación del agua, aunque no se vea, es un elemento fundamental en lo que al buen servicio de agua en cocina y baño se refiere y, puesto que para ser sustituida por una nueva es necesario abrir paredes, lo más aconsejable es ejecutar la sustitución de la fontanería aprovechando la reforma del baño o cocina, ya que minimiza el impacto que tiene este tipo de obra.
Poner un contador individual

Aún quedan edificios en los que la factura del agua se paga en comunidad. En estos casos siempre es aconsejable instalar un contador individual en la entrada de la instalación particular. Con ello se consigue un mayor control en el consumo, un uso más racional del agua y, por tanto, una factura más reducida.

Los contadores colectivos hacen que el gasto sea más elevado, ya que los menos “ahorradores” reparten el coste de su consumo entre los demás vecinos.
Hacer la instalación con falso techo

Hoy en día solo lo estrictamente necesario se instala en el suelo. El hecho de que las tuberías de fontanería se instalen en falsos techos tiene una explicación: en caso de avería es mucho más fácil y más económica la reparación, ya que el falso techo se puede abrir y volver a cerrar sin grandes problemas y sin necesidad de realizar obras.

Por otra parte, un falso techo delatará mucho antes cualquier avería o problema, ya que la filtración será evidente desde el primer momento y se podrá cambiar la fontanería a tiempo.
Griferías y acabados

A la hora de cambiar la instalación de fontanería no solo hay que fijarse en las tuberías. Los grifos son también importantes. Hoy en día hay modelos no solo bonitos y resistentes, también muy funcionales. Desde las duchas termostáticas a grifos con dispositivos que permiten regular el caudal de agua que sale, con el consiguiente ahorro notable en el consumo.

También los acabados tienen importancia. Algo tan sencillo como un latiguillo mal puesto o una ducha mal sellada puede acabar dando muchos más problemas de los que se pueda pensar, obligando a cambiar la fontanería con mayor frecuencia.

Qué saber antes de cambiar la instalación de fontanería

¿Cuáles son los componentes de la fontanería de casa?

Acometida: La acometida es la toma de agua a la red de suministro general. Es decir, es la conexión que conecta directamente la finca con el suministro de agua público.
Ramal de la acometida: Es la tubería que dirige el agua desde la acometida a la vivienda.
Llave de paso: Es la llave que permite el paso o no del agua (puede haber más de una dependiendo de si la finca es una vivienda unifamiliar o un bloque de viviendas).
Contador: Es el dispositivo que mide el consumo de agua realizado.
Salida a red interior: Se trata de la salida del agua después de haber pasado por el contador, se ocupa de distribuir el agua doméstica que se va a consumir.
Tuberías de distribución de agua doméstica: Es toda la red de tuberías que se ocupan de distribuir el agua doméstica desde el contador hasta los distintos puntos de uso.
Caldera: Se trata del dispositivo que permite disponer de agua caliente sanitaria (ACS). Funciona de forma paralela a las tuberías de distribución de agua doméstica (un circuito para agua caliente y otro para agua fría).
Salidas de agua: Cada una de las salidas de ACS que se usa en la casa (lavabo, ducha, inodoro, fregadero, etc.).
Tuberías de evacuación de agua doméstica: Son las tuberías que canalizan el agua ya utilizada y las dirigen a través de la bajante hasta el sistema de alcantarillado.

¿Se puede cambiar la fontanería sin hacer obras?

Siempre habrá que hacer obras, aunque existe la posibilidad de minimizar la necesidad de su realización. Para ello, se puede optar por la ubicación de las tuberías al aire. En este caso, las tuberías no se empotran en la pared, sino que se colocan a la vista, discurriendo de forma paralela al suelo o el techo. Esto permite reducir el coste de su instalación, aunque también está considerado como una solución menos estética.

¿Cuál es el mejor momento para cambiar las tuberías?

Sin duda, cuando se lleve a cabo una reforma (tanto general de todo el inmueble como parcial de los baños y cocina). Esto se debe a que es el momento en el que se va a sustituir el alicatado y, por lo tanto, se debe aprovechar para cambiar las tuberías, ya que se tiene acceso a ellas sin necesidad de romper el alicatado que todavía tenga uso.

¿Existe algún tipo de subvención para el cambio de fontanería?

Sí, estas ayudas están englobadas dentro de los planes de ayuda a la mejora de eficiencia energética de muchas Comunidades Autónomas. Entre las ayudas, se suelen incluir la financiación de parte del coste de sustituir la caldera o, por ejemplo, el cambio de bañeras por duchas. En cualquier caso, cada Comunidad Autónoma cuenta con su propio plan de ayudas, por lo que se recomienda consultar cada caso para asegurarse de qué incluye y qué no.

¿Cuándo hay que cambiar la fontanería?

Por lo general, cada 10 años

La instalación de fontanería también envejece, y cuando eso ocurre empiezan a aparecer problemas que pueden ir desde un simple atasco a una rotura de importancia. El uso continuo, las cal, los jabones y los productos químicos que se van por los desagües pueden acabar desgastando o provocando depósitos en las tuberías. Y también el metal del que están hechas puede degradarse.

Por eso, en fontanería se deben cambiar las tuberías, como recomendación cada diez años. Hay que tener en cuenta que, aunque no se vean, los problemas estarán ahí y siempre es mejor prevenir.
Si sale agua sucia

El hecho de que el agua que sale de las cañerías esté turbia o tenga un olor o un color desagradables indica que hay algún tipo de problema en la instalación. Si sale en un tono marrón puede deberse a que tenga sedimentos; si es rojiza, puede deberse al desgaste de la tubería de hierro; si es blanca es que falta presión; y si es verde, indica problemas en la tubería de cobre.

En cualquiera de los casos conviene llamar de inmediato a un profesional para que analice el problema y determine si es imprescindible o no cambiar la instalación de fontanería.
Pérdida de caudal

Si el agua sale en poca cantidad o sin fuerza puede indicar un problema más grave de lo que pueda creerse. La falta de presión o de caudal no solo significa que sale menos agua del grifo. El problema es que puede provocar graves averías en los electrodomésticos que dependen de la instalación de fontanería, es decir, la lavadora y el lavavajillas. Además, puede llegarse incluso a que el agua no llegue a plantas altas de una vivienda.
Si la instalación es de plomo

Desde hace tiempo el uso de plomo para instalaciones de fontanería esta prohibido y no solo eso, sino que si se hace una obra de reforma la ley obliga a cambiarla. No es por una cuestión menor: se ha demostrado que el uso de plomo en instalaciones de agua destinadas a uso humano es muy peligroso.

Por ello, si se cree que las tuberías son de este material, aunque no se haya pensado en hacer una reforma, lo más aconsejable es cambiar la fontanería de casa de inmediato. Es una cuestión de salud.

Qué tener en cuenta al cambiar la fontanería de casa

Materiales de las tuberías

Los materiales utilizados para la fabricación de tuberías han cambiado mucho en las últimas décadas. Hoy en día son dos los materiales que se utilizan fundamentalmente. Por un lado, el cobre cromado, por otro, el polietileno. El primero se usa solo para tuberías de agua potable, el segundo también para desagües. No son los únicos materiales, en algunos casos se emplea acero o también el policloruro de vinilo clorado (CPVC).
Tipo de instalación

Hoy en día las instalaciones de fontanería no van por el suelo, excepto cuando es estrictamente necesario, es decir, en el caso de los desagües. El resto de las tuberías se instalan bien empotradas en las paredes, bien por falsos techos. En ocasiones, incluso, pueden ir en una doble pared. También hay que tener en cuenta que, en el caso de utilizar tubo de cobre, este debe ir protegida con tubo corrugado.
Llaves de paso

Además de la llave de paso general para el inmueble, en viviendas de nueva construcción la normativa obliga a poner llaves de paso independientes, de agua fría y caliente, en los baños y la cocina, para que en caso de avería la red pueda seguir funcionando. Si no las hay y se va a cambiar la fontanería, es conveniente tenerlo en cuenta.
Contador de agua

El contador de agua o el cuarto en el que se sitúa la batería distribuidora debe estar preferiblemente en planta baja y lo más cerca posible de la entrada del edificio. Y siempre debe estar en un lugar de fácil acceso. Si hay solo un contador para la comunidad, es aconsejable la instalación de contadores individuales.