Precios y Presupuestos para Instalar una Marquesina

La gran diferencia es el uso. La marquesina tiene una función básica que es la de servir de cobijo frente al sol o la lluvia. Por otra parte, siempre va adosada a la pared, suele ser fija y se instala en entradas y accesos a viviendas, comercios o edificios públicos.

Las pérgolas, aunque vayan adosadas a la pared, tienen una función sobre todo de estancia, es decir protegen una zona que no es de tránsito. Se pueden instalar en cualquier espacio y pueden ser abiertas o cerradas. Por lo general, además, son de mayores dimensiones que las marquesinas.

Depende de las circunstancias. En el acceso a una vivienda unifamiliar o portal y dentro de la propiedad, en principio, no es necesario solicitar permiso. Bastaría con una actuación comunicada y, en el segundo caso, contar con la aprobación de la comunidad de propietarios, puesto que es una alteración de fachada. Sin embargo, las ordenanzas municipales pueden cambiar de unas localidades a otras, de modo que conviene consultarlo.

Cuando se trata de comercios, es importante contar con la aprobación de la comunidad de propietarios cuando aquel se encuentra en los bajos de un edificio. Además, las ordenanzas urbanísticas pueden poner limitaciones en lo que respecta a alturas, medidas, etc. e incluso pueden solicitar proyecto. Por eso, es importante consultar antes de poner la marquesina.

Lo más habitual es instalar la marquesina en la puerta de entrada, ya sea de una vivienda particular, comercio, locales de ocio, etc. No es el único lugar, también cabe la posibilidad de instalar la marquesina en un patio, un espacio abierto para proteger vehículos, en terrazas o sobre escaparates y ventanas. El uso de la marquesina condicionará tanto las medidas como el diseño y los materiales empleados.