Rehabilitar casa pueblo en Zaragoza (Provincia): Precio y Presupuestos

Rehabilitar una casa de pueblo en Zaragoza implica en numerosas ocasiones reformar la estructura, el tejado, cambiar las vigas, la fachada, impermeabilizar la vivienda, aislarla, eliminar añadidos, etc. El objetivo es conseguir siempre un hogar más eficiente, alegre y luminoso, hasta el punto de ganar incluso algunos metros cuadrados. 

La idea es actualizar la casa de manera contenida y asequible, por lo que resulta necesario comprobar previamente lo que resulta imprescindible mejorar, sustituir o eliminar. Todo dependerá en buena medida de la superficie disponible, la disposición de la planta y el tipo de estructura. 

Humedades, filtraciones y abombamientos

Los primeros problemas a los que hay que enfrentarse a la hora de rehabilitar una casa de pueblo en Zaragoza tienen que ver con las humedades, las filtraciones y los abombamientos. 

En estos casos, hay que aislar la solera del contacto directo con el terreno natural a partir de un sistema de encofrado perdido de polipropileno para un forjado anti humedad. Así se acabarán los problemas de humedad y se ganará espacio para la canalización de las nuevas tuberías. 

Por otro lado, hay que sanear los muros soterrados. Para ello hay que descubrirlos, consolidarlos, revocarlos e impermeabilizarlos con láminas drenantes. La zanja se puede cerrar con grava para que actúe de colchón de separación entre la tierra y el muro. Un tubo poroso de drenaje, por último, evacuará las aguas que recoja la canaleta. 

Muros de carga, cubierta y fachada

Los muros de carga en una casa de pueblo, por ejemplo, suelen suponer un problema a la hora de comunicar espacios. No obstante, no sería del todo punto obligatorio demolerlos totalmente. Una opción podría ser la colocación de vanos adintelados para dotar de encanto la casa y darle valor a los muros. Una alternativa que no presentará riesgos para la estabilidad de la casa. 

Otras reformas importante al rehabilitar una casa de pueblo en Zaragoza es cambiar la cubierta. 

Si se trata de un tejado se puede reconstruir con estructuras de madera o acero y cerrar con tableros de partículas de madera aglutinadas con cemento. Si, por el contrario, es una cubierta plana hay que revisar el estado del forjado, descubrirlo totalmente, sanear las viguerías o los perfiles de hierro y reconstruir con una cubierta invertida poniendo primero la impermeabilización y luego el aislante térmico. 

Es muy importante revisar los forjados para comprobar el estado de las vigas. En caso de que fuera necesario, habría que reforzar la estructura, sanear la madera o los hierros y aplicar tratamientos adecuados de protección. 

Las reformas en la fachada pueden ser también numerosas: desprenderse de agregados y remiendos, retirar los revestimientos que provocan humedad y deslucen la estética, consolidar las oquedades, rejuntar y picar todos los revoques de la fachada dejando los muros de piedra o ladrillo a la vista, etc. 

Instalaciones

Al rehabilitar una casa de pueblo en Zaragoza hay que poner instalaciones nuevas. Con ellas se conseguirá aumentar el rendimiento y la eficiencia de la casa. La red de saneamiento, por ejemplo, será clave para aportar salubridad a la vivienda. En caso de que haya una fosa séptica, hay que cambiarla por una depuración con tratamiento por oxidación total. 

Por otra parte, resultará obligatorio cumplir con la normativa vigente en materia de instalaciones eléctrica y de fontanería. Si se trata de una casa antigua es muy probable que haya que sustituir por completo las instalaciones. 

Licencias y cédula de habitabilidad

Para rehabilitar una casa de pueblo en Zaragoza será necesario solicitar una licencia de obras. En caso de estar en proceso de compra es imprescindible pasarse por el ayuntamiento en cuestión para ver si la casa está afectada por algún cambio de ordenación urbanística. Un detalle muy a tener en cuenta, ya que podría imposibilitar pedir una licencia de obras mayores, imprescindible si se va a tocar la estructura, ampliar la casa, etc. 

Las viviendas que tienen alguna afectación urbanísticas no recibirán la licencia de obras mayores, por lo que solo podría acondicionarse el interior. 

La cédula de habitabilidad es el documento que garantiza que la vivienda reúne las condiciones necesarias para vivir. Es totalmente necesario para realizar cualquier trámite relacionado con la vivienda: alquiler, venta, registro turístico, alta de agua, luz o gas, etc. Un documento que emite el ayuntamiento o la delegación autonómica de la vivienda y que se debe renovar cada 15 años.