Precios y Presupuestos para Instalar la Red de Saneamiento

Forman la primera parte de la instalación de saneamiento de una vivienda. Son los ramales que se instalan desde los codos de las bajantes al pozo de decantación o al pozo séptico del inmueble, en el que se vierten las aguas residuales antes de derivarse al alcantarillado. Las redes horizontales pueden estar en planta baja o en sótanos y pueden estar colgadas o ir enterradas. En cualquiera de los casos, su mantenimiento es fundamental para evitar daños en la base del inmueble.

Son las tuberías dispuestas en vertical que se encargan de recoger y trasladar aguas residuales y pluviales hasta la red horizontal. El diseño de esta parte de la instalación debe realizarse de tal modo que se reduzca al mínimo el número de ramales necesarios. Pueden ir tanto por el exterior por el interior. En este último supuesto es importante que vayan aisladas para evitar ruidos. Deben mantener una sección constante en todo el recorrido y tener un diámetro mínimo de 110 mm.

Dentro del concepto de redes horizontales, se habla de albañales cuando los conductos que trasladan las aguas residuales recogidas por las bajantes hacia la red pública de saneamiento discurren colgados de la planta baja o sótano de un edificio. En lo que respecta a los requerimientos para su instalación, con el fin de asegurar una velocidad constante del arrastre de la materia sólida presente en las aguas residuales, deben tener una inclinación mínima del 1 % y no superar el 4 %.

También parte de las redes horizontales, se habla de colectores cuando esa red de evacuación de las aguas pluviales y residuales procedentes de las bajantes discurre enterrada hasta la red del alcantarillado. Otra diferencia respecto a los albañales es la inclinación necesaria, que debe ser de un mínimo del 2 %. Hay una similitud: en cualquiera de los casos, es importante que la red tenga suficientes puntos de registro, especialmente en los cambios de dirección.