Precios y Presupuestos para Contratar a un Gestor de Obras

Dentro de las competencias del gestor de obras se encuentra la responsabilidad de coordinar el trabajo de los diferentes profesionales que intervienen en la obra. Puede, entre otras tareas, programar trabajos para que estos se desarrollen de forma organizada o gestionar subcontrataciones. Además de ello, tiene un papel esencial como enlace y vía de comunicación con las partes implicadas en cualquier obra: propietario, promotor, contratista o constructor.

Coordinación y comunicación son dos aspectos fundamentales para el buen desarrollo de la obra, evitando retrasos o sobrecostes injustificados.

A lo largo de la ejecución de la obra son muchos los aspectos que se deben vigilar de cerca para que esta llegue a buen fin en las condiciones establecidas en el contrato: desde los recursos humanos para cada fase del proyecto a los pedidos de material, el cumplimiento de los plazos previstos o la gestión de riesgos e incidencias. 

Contratar a un especialista que se encargue de la gestión de la obra significa tener un control absoluto y un seguimiento escrupuloso de los trabajos con un único fin: el cumplimiento estricto de todo lo establecido en el proyecto de ejecución.

Ajustarse al presupuesto es uno de los aspectos más complejos en el desarrollo de una obra. En su cálculo se deben tener en cuenta no solo los costes de material y mano de obra, también hay que contemplar costes indirectos que tienen una participación esencial. Una planificación inadecuada puede desembocar en gastos innecesarios no contemplados en el presupuesto inicial.

El gestor de obras puede controlar los gastos en todas sus partidas. Pero, además, un buen seguimiento de la obra implica minimizar riesgos y, con ello, evitar sobrecostes.

A lo largo del desarrollo de una obra pueden aparecer muchos imprevistos. En muchos casos, además, es necesario tomar decisiones con rapidez para evitar un incremento de costes o un retraso en la entrega. 

Una de las tareas del gestor de obras es, precisamente, evitar cualquier tipo de riesgo que pueda afectar de un modo u otro a los trabajos y, para ello, tiene capacidad suficiente para corregir errores o transmitir la situación a los responsables para tomar decisiones con prontitud.