Precios y Presupuestos para Ventanas Antirrobo

El vidrio es un elemento fundamental en la seguridad y esta no se mide por el grosor que pueda tener, sino por la resistencia al impacto. Una ventana antirrobo debe llevar siempre vidrios homologados. La norma EN 356 es la que certifica la dureza del cristal: A para impacto (hasta nivel 5) y B para golpe con hacha (nivel 6, 7 y 8); cuanto más elevado sea el nivel, más resistente será el vidrio. 

Por otra parte, es importante que sean vidrios laminados. En caso de rotura, los trozos no se separan, quedan adheridos a las láminas de PVB que llevan y cuyo número dependerá del nivel de resistencia del vidrio.

Las persianas de seguridad son un buen complemento para las ventanas antirrobo. Este tipo de persianas tienen sistemas autoblocantes, que consisten en la instalación de lamas de bloqueo en forma de S entre las lamas principales. Así se consigue que, en caso de apalancamiento, la estructura de la persiana se atasque, impidiendo el movimiento de la misma. En el caso de viviendas, estas persianas pueden ser de aluminio o de acero y en diferentes acabados.

Estas persianas, además de esos sistemas autoblocantes pueden estar también dotadas de cierres o cerraduras de seguridad o de guías antipalanca.

Los cierres son un punto débil en las ventanas, por eso, cuando son antirrobo deben incorporar algún sistema que los refuerce y evite apalancamientos. Lo habitual es que lleven llave interior y varios puntos de anclaje (preferiblemente más de 5). Dependiendo del tipo de apertura, habrá que instalar un cierre de seguridad para ventanas correderas o para ventanas batientes.

Además de ello, pueden incorporar manillas con cierre de seguridad (en el caso de las batientes) o cerrojos laterales (en ventanas correderas) y seguros para las bisagras.

Una ventana de seguridad debe fabricarse en materiales especialmente robustos, también en lo que a perfiles y herrajes se refiere. Los perfiles pueden ser de PVC o de aluminio. Ambos son resistentes, pero se añaden elementos o sistemas que consiguen que les sirven de refuerzo contra el apalancamiento. Lo más habitual es que tengan refuerzos de acero en el interior de los perfiles, que las esquinas estén soldadas para evitar el uso de tornillería o que lleven pernos también de acero reforzado para que no queden huecos por los que se pueda forzar.